Los 3 recursos que hicieron despegar mi inglés

Estoy increíblemente agradecido de haber encontrado esta foto mientras revisaba mi ordenador para comenzar este año con las cosas en orden. Me ha recordado que perseverar te lleva a que logres aquello que te has propuesto … o que incluso supere tus expectativas

Está hecha en Norwich (Cerca de Londres). Es la primera vez que me puse a prueba con el inglés en un evento real: Cenar en casa de dos ingleses, amigos de un amigo, que no hablaban español, y estar charlando fluidamente con ellos todo el tiempo. En esa situación que te describo estoy en la foto de la derecha.

Algo que, para mí, un año antes, hubiera sido una utopía, un sueño imposible

Foto ANTES DESPUES

En 2015, cuando surgió un proyecto de negocio que podía duplicar mis ingresos más altos hasta ese momento, pero requería que leyese en inglés a muy corto plazo y pudiera mantener una conversación coloquial en tres meses… o perdería esa oportunidad.

Bastante a la desesperada, decidí Intentar leer el primero de los libros en inglés que necesitaba. Ya trataría de resolver después lo de hablarlo. Una misión ésta, por cierto, en la que sólo había sufrido un fracaso tras otro.

Al principio me la pasaba buscando palabras en el diccionario, y con mi inglés de colegio (ese era mi nivel), hablamos de entre 6 y 12 por página. Desesperante.

Tras tres días estaba más que agobiado porque mis expectativas se esfumaban y yo no progresaba. No podía recordar los significados de tantas palabras nuevas y tenía que buscar ¡las mismas! una y otra vez.

Al final, desesperado por una solución y al ver qué pasaba, decidí cambiar 3 cosas…

En primer lugar: Si quería hablar ese idioma, imprescindible para mi proyecto de emprendimiento, debía encontrar la forma de retener el significado de las palabras o nunca podría entender ni expresar nada con fluidez.

En segundo lugar, estaba convencido de que el inglés debía tener una lógica que me permitiera entender cómo funcionaba, armar frases y expresar ideas.  No tenía sentido que fuera un galimatías indescifrable. Por eso decidí buscar explicaciones claras y fáciles del cómo y porqué funcionan las cosas en inglés. Y la gramática, a mí, no me servía.

Y, en tercer lugar; lo que lo cambió TODO y logró que en solo 15 días, estuviera terminando de leer aquel libro en inglés con una fluidez de la que no me creía capaz, y que tras un par de meses estuviera en Norwich (Inglaterra) cenando/conversando en inglés con una encantadora pareja británica.

Todo mejoró radicalmente cuando di con la manera de recordar ¡SIN ESFUERZO NI REPETICIONES! las palabras que hasta ese momento debía buscar una y otra vez.

Yo llevaba 6 años impartiendo cursos de técnicas de memoria para estudiantes y opositores basadas en lo que se conoce como Memoria Visual y una madrugada, a punto de renunciar a mi proyecto, decepcionado y muy agobiado pensé: ¿Por qué no le aplico lo de la Memoria Visual a esto del inglés? Al fin y al cabo, es lo que les estoy enseñando a los opositores para aprenderse artículos, fechas y otros datos difíciles

Esa noche me levanté y pasé un par de horas discurriendo cómo aplicar al aprendizaje del vocabulario inglés esas técnicas con las que un opositor podía aprenderse 20 o 30 artículos del código penal en sólo dos horas.

El resultado de esa noche de trabajo hizo que diez días después estuviera acabando de leer aquel libro en inglés, buscando en la última parte del mismo, sólo una palabra cada cuatro o cinco páginas ¡Menuda diferencia!  Y que un par de meses después caminara por Norwich leyéndolo TODO (Carteles, publicidad, folletos…) sólo porque PODÍA ENTENDERLO y preguntando cosas a la gente que me encontraba porque me enteraba de lo que me decían… 

…además de atreverme a cenar “en inglés” con una adorable pareja de ingleses, en su casa.

Esto no lo cuento para impresionar. Es para mostrarte lo que ocurrió cuando aprendí a usar la Memoria Visual y empecé a recordar, cuando volvían a aparecer en mi libro, las palabras que había buscado antes en el diccionario.

Además, ahora que no tenía que estar tan pendiente de recordar palabras, disponía de más capacidad mental para fijarme en los patrones que el inglés tiene… y en su lógica.

Cuando las palabras dejaron de ser un obstáculo, hablar inglés se volvió mucho más fácil.

Pienso que si yo pude, tú también puedes. No creo que haya personas torpes, malas o mayores para los idiomas (yo tengo 56 y ahora tengo dos alumnas de más de 60).

Espero haberte sido útil y si quieres más información acerca de esto puedes contar conmigo, o si necesitas apoyo o ayuda para que te sientas confiado/a en cada paso que des.

Te animo a seguir adelante.

Ignacio

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