Una madre con un niño diagnosticado como TDA-H me ha pedido que la ayude con el Inglés de su hijo, así que, una vez asumido el reto, he estudiado a fondo la bibliografía que he podido encontrar en libros e internet. Soy diplomado en Psicología, por lo que esta literatura no me es ajena, estos temas me interesan y no me ha resultado difícil documentarme.

Tras leer muchos artículos y algunos libros, no puedo quitarme la sensación de que el TDA-H es al final una excusa para echarle la culpa a los niños/as de un mal sistema de enseñanza. Aunque no es así en todos los casos claro, en unos pocos hay patologías reales tras los síntomas. Pero mi sensación es que en muy pocos.

En parte esto me sucede por que si el TDA-H hubiera tenido nombre cuando yo era niño, sin duda me hubieran colgado el San Benito a mí también. Como muchos niños así diagnosticados, jamás entendía las explicaciones que para aprender Inglés me daban, en otros ámbitos, no atendía en clase, no me interesaban los detalles de lo que allí se decía, no mantenía la atención ni seguía las instrucciones para muchas tareas y me resultaba difícil organizarme (por no decir que no sabía qué era eso). Mi índice de despiste era (y es aún…) del 140 sobre 100 por lo que el olvidar cosas necesarias para mis tareas, las distracciones y el olvido de las actividades diarias, eran (y son) “síntomas” presentes de forma indiscutible en mi carácter… como en el de Einstein ;-). A pesar de ello, con los años yo he logrado aprender a salir adelante y a aprender las cosas que necesito para lograr las metas que me propongo.

Todos estos, son síntomas catalogados en el DSM-V* como identificadores en niños con este “bonito trastorno”, el TDA-H.

Hoy creo que tal y cómo defiende Ken Robinson en su libro “El Elemento” (cuya lectura te aconsejo) la mayoría de estos chicos y chicas lo que tienen es la mala suerte de tener que lidiar con un sistema educativo que sólo valora determinadas formas de manifestar inteligencia y aprender, pero ni de lejos todas, y por supuesto las de estos chicos/as no.

En mi caso, lo anterior, unido a que me tocaron un notable número de profesores que carecían de las más elementales habilidades docentes, provocó que en vez de averiguar para qué era bueno, qué podía aportar o cómo ayudarme, me suspendieran y trataran como rarito, torpe o poco avispado. Términos claro, anteriores al nacimiento del TDA-H y que yo, como muchos otros con inteligencias diferentes, hemos tenido que soportar de boca de personas que no sabían enseñar ni apreciar lo que no fueran las cuatro habilidades y media que el sistema actual valora.

¡Uff! Como se nota que el tema me toca la fibra sensible… calma Iñigo, calma.

La buena nueva es que hoy ya no hay “torpes”. La “Ciencia Médica” ha encontrado la solución para que profesores e instituciones puedan mantener intacto el sistema educativo y desentenderse de la responsabilidad de ayudar a desarrollarse a estos alumnos “problemáticos”.

¡El TDA-H!

Lo tienes… Pues al psicólogo, a recibir tratamiento o que te traten profesores con más paciencia y saber que los del colegio. El cuerpo docente ya puede estar tranquilo si un alumno es distraído, torpe o no sabe organizarse ¿para qué volcarse en él? si es víctima de un trastorno genético seguramente. (por que en realidad aún no hay evidencias científicas de las causas de esta nueva “cosa” que han descubierto ahora y que afecta a nuestros chavales, sólo algunas hipótesis aún no contrastadas).

Mi teoría:

¡Cómo no va a distraerse un niño/a ante las “clase magistrales” que el sistema actual promueve en los colegios! ¿por qué va a interesarse por los detalles de un currículum que es totalmente ajeno a sus intereses (y que le llega en un formato a menudo ininteligible para ellos)? ¿para qué van a seguir instrucciones u organizarse para hacer cosas que no quieren hacer? ¿o por qué hacer esfuerzo alguno por recordar cosas que consideran un tostón?

La paradoja para mí, es que los varios niños que conozco con este diagnóstico, prestan una atención impecable a las cosas que les gustan, están pendientes de lo que les importa y no olvidan hacer aquello a lo que le ven utilidad (aunque sea la de disfrutar, que no es poco).

Sé en mi corazón, por que yo he sido uno de ellos, que estos chicos guardan destrezas que nos sorprenderían si les ayudásemos a desarrollarlas y las aprovecháramos para que aprendieran, en vez de forzarles a que encajen en un sistema de enseñanza que no ha cambiado sustancialmente desde la revolución industrial y que no va con ellos (En otro post explicaré por que afirmo esto).

¿No deberíamos potenciar las habilidades que manifiestan cuando hacen las cosas que disfrutan? ¿Dar una vía de escape útil a su creatividad? ¿Buscar cómo desarrollar y llevar al mundo la utilidad de aquello que SÍ hacen bien?

Algunos como el conocido Doctor y escritor Luis Rojas Marcos, el Músico Justin Timberlake, los actores Jim Carrey y Will Smith, el medallista olímpico Michael Phelps o el mismísimo Steve Jobs también fueron catalogados como TDA-H (fuente y más <<aquí>>), y encontraron la forma de dar salida a su genio. Por eso mi pregunta es:

¿Ayudarás a tu hijo/a a encontrar y desarrollar su Don, o tratarás de que encaje en un mundo que a lo mejor no es el suyo?

Lo bueno que ha tenido esto del TDA-H es que por lo menos ahora a estos chicos/as, se les presta atención y hay más gente que quiere ayudarles.

No es poco, aunque sigue sin gustarme la etiqueta 😉

Y tú? ¿Alguna vez has sentido que nadie valoraba aquello que de natural te salía bien y que disfrutabas? ¿Le ha pasado a otras personas cercanas? Te animo a compartir tu historia en la sección de comentarios.

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Te lo agradezco de antemano y te deseo un feliz día:

Iñigo P Hernando

* El DSM-IV es el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos Mentales de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría. Es una clasificación de los trastornos mentales y las categorías diagnósticas, con el fin de que se pueda diagnosticar, estudiar e intercambiar información y tratar los distintos trastornos mentales.