4 claves para lograr un inglés que te prestigie como profesional actualizado y capaz.

Y si lo has intentado muchas veces, como yo, y no lo conseguiste, o tienes que pedir ayuda a compañeros o traductores, sabrás cómo mina la autoestima y el estrés que causa.

En el 2016, tras muchos intentos, yo seguía sin poder armar más que frases toscas y con una comunicación entrecortada y dificultosa…  Esto me hacía sentir muy torpe.

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Y si lo has intentado muchas veces, como yo, y no lo conseguiste, o tienes que pedir ayuda a compañeros o traductores, sabrás cómo mina la autoestima y el estrés que causa.

En el 2016, tras muchos intentos, yo seguía sin poder armar más que frases toscas y con una comunicación entrecortada y dificultosa…  Esto me hacía sentir muy torpe.

Con 45 años, hubiera firmado por hablar en inglés con razonable corrección y una fluidez cómoda. Al fin y al cabo, yo no iba a dar clases de Derecho en Oxford o Harvard. Yo quería entablar conversaciones sencillas pero inteligibles con otras personas del ámbito empresarial.

Pero no podía seguir ni una reunión de trabajo porque debía traducirlo todo en mi mente y no me daba tiempo. ¿Te suena esto?

Necesitaba un método totalmente diferente a lo que había probado antes.

Y lo encontré. Por eso quiero contarte cómo conseguí pasar de no entender apenas lo que me decían y hablar un inglés muy lento, dubitativo y farragoso a experimentar interacciones en inglés que fluían y sonaban naturales… y hoy día a dar clases de inglés (en la foto de la derecha estoy en mi academia con una alumna senior).

Son 4 sencillas claves que en sólo 15 días me permitieron empezar a sentir, por primera vez, que sí podría hablar correctamente este idioma.

Si estás en una situación parecida, quizás puedan ayudarte a ti también.

CLAVE 1: Gracias a la Memoria Visual seguía aprendiendo palabras, pero aún traducía mentalmente todo antes de decir algo en inglés, y eso me bloqueaba. Hasta que hice un cambio sustancial.

Dejé de intentar decir en inglés lo mismo que pensaba en español.

Funcionaba mucho mejor pensar primero en qué quería transmitir y luego utilizar estructuras que conocía y un vocabulario, cada vez mayor gracias a la Memoria Visual. Eso funcionaba mucho mejor que pensar en estructuras que no dominaba.

Así que empecé a lanzar frases en inglés en base esquemas que sí controlaba y a las palabras que ahora sí recordaba.  Y funcionó. Eso me animó a usar la segunda clave. 

CLAVE 2: Me concentré en los aspectos en los que el inglés es diferente del español y el resto decidí que lo haría igual que lo hacía en mi lengua materna.

Ni te imaginas todo el tiempo que ahorré. El inglés coincide con el español en muchos planteamientos. Así que para qué estudiar algo que podía resumir con un: “Estupendo, esto lo hago igual que en español”

Clave 3: Me concentré en usar el nuevo vocabulario y en hablar, CON SEGURIDAD. Con confianza y gestos de saber de lo que hablaba. Aunque por dentro no lo sintiera.

Sabía que cometería errores, pero yo igualmente trataba de mostrar confianza.

Y descubrí que cuando hablaba con seguridad y me equivocaba y alguien me corregía, mi cerebro, de alguna forma, se sorprendía y luego, cuando volvía a decir algo parecido recordaba la corrección y lo hacía mejor.

También que, si mostraba seguridad y todo iba bien, ganaba seguridad (una seguridad de verdad) y me sentía más animado a volver a interactuar en inglés.

Clave 4: Asumí que equivocarse formaba parte del proceso sí o sí, y que no cometer errores era una utopía. Nadie aprendió nunca nada haciéndolo todo bien desde el principio. Aunque empezaba a recordar ya bastantes palabras nuevas gracias a la Memoria Visual, a veces me confundía.

Pero insistí, aun cuando me sentía ridículo o con miedo a que me juzgaran mal. Sin embargo, gracias a esos errores afiné mi inglés y reduje los fallos.

Si no te aventuras a equivocarte, nunca sabrás si lo haces mal y no podrás corregirte.

En solo 15 días, empecé a sentir, por primera vez, que mi inglés se desbloqueaba.

A partir de entonces me animé a probar otros recursos como este el de la Memoria Visual, que funcionaron muy bien conmigo y que abordaré en futuros posts.

Desde aquel 2016, me he convertido en profesor de inglés, tengo una academia donde aplico esta metodología y tengo otros emprendimientos en mente relacionados con el inglés, que serían imposibles si no hubiera descubierto la Memoria Visual y estas claves.

Ojalá que te sirvan y puedas disfrutar de la sensación de que el inglés es una batalla de esas que uno ha ganado en la vida.

Esto no te lo cuento para impresionar, si no para que confíes en ti mismo/a y que, aunque a veces pienses que es imposible, que persistas, porque con el recurso adecuado el camino acaba despejándose y llevándote a tu meta.

Creo que siempre se encuentra una manera cuando continúas intentándolo.


Un fuerte abrazo,

Ignacio

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